Porque para cumplir una meta hay que empezar por fijársela, porque el Año Nuevo no tendría nada de nuevo si todo siguiera igual y porque el obligado balance de fin de año a menudo plantea que sí, realmente es necesario introducir algunos cambios en este 2016, aquí os dejo un imprimible cuqui para que rellenéis con vuestros propósitos para el nuevo año. Podéis colgarlo donde vayáis a verlos cada día, y aseguraros así de que las buenas intenciones no sean cosa sólo de enero. Yo ya tengo los míos en la puerta del dormitorio, para que sea lo primero que vea al levantarme, pero la mesilla de noche, la nevera o la puerta del armario pueden ser sitios igualmente útiles.
Aprovecho para hacer pública mi lista, para que me llevéis de vuelta al buen camino si se me ocurre desviarme o rezagarme.
1. Retomar el blog (hecho) y actualizar al menos una vez por semana (lo intentaré). Ya tengo unos cuantos posibles temas ideados entre el coche, la ducha y las horas muertas de los markets navideños, y anotados en el blog de notas del móvil (bendita app), así que creo que, si cumplo el propósito número 2, tengo material suficiente para un par de meses al menos.
2. Trazar cada lunes un plan de trabajo semanal (y cumplirlo). Y, ya puestos, trazar cada primero de mes un plan de trabajo mensual (y cumplirlo). Organización en general, he ahí la cuestión.
3. Terminar el taller bohemista. Montar todas esas estanterías y cajoneras que faltan para que todo tenga su sitio, y terminar de iluminarlo y decorarlo para que sea un sitio en el apetezca estar (y no terminar trabajando en el salón o en la cocina). Más de "organización", en resumen.
4. Reconciliarme con la máquina de coser. No acercarme a ella sólo por conveniencia (trabajo) y empezar coser también por gusto, para mí, y no sólo para los demás. Tiembla armario de los retales, allá voy.
5. Volver a llevar sombrero. Porque siempre me han gustado, lo único que hacen ahora es criar polvo y porque con el nuevo corte no se muy bien cómo enfrentarme a los días raros de mi pelo. ¡Todo ventajas!
6. Dibujar más. Dibujar y punto, cualquier cosa será más de que lo he estado haciendo últimamente, para qué mentir. Estrenar esa caja de lápices acuarelosos que me regaló mi abuelo hace años y que reencontré hace un par de meses, esa que nunca llegué a usar por miedo a estropearla (manías infantiles de esas que te transmiten las madres, como la de guardar los zapatos nuevos para las ocasiones especiales, y que nunca te llegas a quitar de encima del todo).
7. Visitar al menos un sitio nuevo cada mes. No hace falta que esté muy lejos, simplemente que no haya estado nunca. Una cafetería o un museo bastará, aunque tampoco descartaría hacer algunos kilómetros más. Este año podría ser aquel en el que finalmente nos lancemos a ese road trip que llevamos posponiendo ya dos veranos (¿qué te parece, Laura?).
8. Comer menos carne y más verdura. Ya tengo una estupenda carpeta de Pinterest repleta de recetas verdes, ahora sólo hace falta darle uso... Que la vida en la huerta no la note sólo mi alergia, también mi estómago.
9. Leer más. Aunque aquí podría añadir el mismo matiz que al propósito de dibujar... Cualquier cosa será más de lo que leo ahora. De pequeña devoraba todo lo que caía en mis manos pero, en algún momento de mi vida, perdí la paciencia para la lectura y ahora me da una pereza terrible empezar cualquier libro. Sólo Juego de Tronos consiguió hacerme retomar la costumbre de leer cada noche, así que necesito una lista de lecturas igualmente adictivas ¿alguna sugerencia?
Y vosotros ¿habéis hecho ya lista de propósitos para el 2016? ¿Dónde vais a colgarla?