Un
rayo de sol se cuela entre las hojas de los árboles y calienta sus
mejillas, contrastando con la fresca humedad de la vegetación. Al
andar, sus zapatos de domingo claquean contra el camino empedrado.
Eso es lo único que se oye, sus pasos, el canto de algún pájaro y
el suave murmullo de una fuente cercana. Se dirige hacia su lugar
favorito, el roble del que cuelga su viejo columpio de cuerda y
madera. Está al otro lado del jardín, más allá de la rosaleda y
el largo boulevard de calas, cruzando el laberinto de setos, pero no
importa, llegará allí en un momento, conoce el camino de memoria.
Esta es su época del año preferida, el verde empieza a cubrir las
ramas de los árboles caducos y flores de todos los colores surgen en
cada rincón. El calor empieza a dejarse notar, a la vuelta podrá
meter los pies en la fuente y chapotear entre los confundidos peces.
Se detiene un instante para disfrutar del momento. Inspira hondo, el
aire huele a hierba fresca, a tierra mojada y al dulce aroma del
jazmín, huele a vida.
El
Jardín Secreto es un escondite lleno de color y magia. Se puede
llegar a él a través de la madriguera de un conejo, de una puerta
velada por un muro de hiedra o de un círculo de hadas, cada cual
encuentra a su manera su jardín, oculto y único. Es un lugar para
escapar de la ciudad, de las obligaciones y del aburrimiento, un
lugar donde coger flores y columpiarse bajo los árboles, donde
volver a ser un niña.
Estlismo: Bohemismo
Fotografía: Cecilia Cristolovean
Maquillaje: Alicia Gallur
Modelo: Ams Olmos